Puedo asegurar que pasé junto a esta pareja un buen ratico en un entorno espectacular , rodeado de pinos, dunas y una playa virgen. No se puede pedir más un marco propio para que fluya la armonia y el amor. Y con la presencia de un palomo que es todo un campeón pues le ha llenado a su amo la habitación de trofeos , he de confesar que llegué a preocuparme por si salía volando y no podíamos recuperarlo; pero como ya veréis en las imágenes ¡Todo lo contrario! Se portó genial aleteando y posando ante la cámara. Sesión fotográfica para quitarse el sombrero, ponerse unas gafas de sol y por si alguien busca anillos de compromiso puede echar un vistazo al que Pedro entrega a Cristina con la rodilla hincada en la arena de la playa y por su puesto no podía faltar el toque huertano al viento. 

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