A Oliver le esperaba una gran aventura que afrontaba con cierto temor y montado encima de un coleóptero comenzó su andadura, el camino no estaría exento de sorpresas pues pronto se encontró con un elefante y una jirafa con los que rápidamente hizo buenas migas. Siguió su camino por el cauce de un río que llaman seco porque no tiene agua, jeje. Además para cruzar de una parte a otra del río tuvo que hacerlo atravesando un puente de madera con un tractor en la mano, como crujían las maderas. También se encontró un nido de pájaro gigante ¡Qué curioso! Pero aunque estuvo esperando un largo rato no vió a ninguno. En el trayecto apareció el palacio de los Eliseos donde se forjan los grandes campeones, y por lo que vimos podemos decir que Rafa Nadal puede empezar a temblar. Sintió hambre y amasó pan en un pequeño horno de barro y así pudo coger fuerzas para lo que quedaba de travesía; y descansó en una pequeña choza construida de cañas.  Cuando se repuso del esfuerzo emprendió la recta final hacia la cima de una montaña pedregosa que finalmente alcanzó y obtuvo su recompensa, dos añitos recién cumplidos. ¿Quién dijo miedo? Bueno quizás un poco de miedo sí que pasó; pero consiguió llegar hasta el final. Enhorabuena José y Noelia por este pequeño campeón!!